La naturaleza se encuentra
en perpetuo movimiento, como certeza de que el mundo está vivo, que
muta y se transforma constantemente. El artista va tras esta idea desde tiempos
ancestrales, para capturar la fugacidad a través de una imagen inalterable
y plasmar el instante que por siempre quedará impregnado en la obra.
Ezequiel Vargas no es ajeno a este propósito. Su obra se nutre de lugares atemporales y objetos aislados que crean momentos de calma y silencio. Así, propone la apertura a un juego con final abierto incitando al espectador a involucrarse en sus trabajos.
La fotografía estenopeica
se le presenta como respuesta a la búsqueda de una alternativa que
supone, de algún modo, un retorno a los orígenes. El uso de
una forma tan antigua y a la vez experimental para los artistas contemporáneos
que, teniendo la más alta tecnología al alcance de sus manos,
deciden desprenderse de mecanismos sofisticados y optan por trabajar con elementos
simples y cotidianos plantea nuevos desafíos en el encuentro con la
imagen. La precisión, la minuciosidad y la reflexión son recursos
imprescindibles para la utilización de esta técnica y el artista
sabe cómo incorporarlos a su trabajo. De este modo, se enfrenta a los
escenarios de su Rojas natal y los vuelve objetos de su obra. Esto es algo
que se evidencia en el resultado y en la imagen final.
En ella se percibe el
ojo del artista, esa mirada que comienza a alejarse de lo externo para transmitir
su visión interior, que indudablemente se relaciona con el anhelo de
volver a lo elemental, al pasado, a la infancia, al lugar confortable y atemporal
que está en la memoria. Una mirada que pretende recuperar para desprenderse
por un instante de la vorágine inevitable del mundo contemporáneo.
Esto se visualiza al querer capturar la fugacidad del rayo de luz, que pareciera
despegarse de la fotografía para impregnarse en la mirada y permanecer
por siempre en la memoria individual de cada ser, alentando a que afloren
los recuerdos de esos lugares deseados. La naturaleza se interpreta como la
representación de ese ideal que cobra vida y que no es estática,
ya que la idea de movimiento traspasa la imagen como queriendo atrapar por
siempre ese instante perfecto.
Sobre el artista
Ezequiel Vargas nace el
14 de Junio de 1982 en Rojas, un pequeño pueblo de la provincia de
Buenos Aires.
Inicia sus estudios con
Jorge Mónaco, profesor y director de la Escuela Nacional de Fotografía,
donde comienza su carrera como fotógrafo profesional; luego incursiona
en la fotografía estenopeica o cámara obscura, método
con el que trabaja hasta la actualidad.
Participa en 2001, 2002
y 2003 en muestras colectivas de la Escuela Nacional de Fotografía.
En 2002 realiza Abiertos
rincones, exposición individual en el Centro Cultural "Ernesto
Sábato", Rojas, provincia de Buenos Aires.
En 2003 vive en Roma y
Nápoles. Exposición individual Tangos de Buenos Aires en Casa
Malena, milonga de Nápoles.
Expone en 2008 durante
el "Primer Encuentro Nacional de Fotografía Estenopeica".
Es invitado a exponer
en el marco de un taller de información sobre fotografía estenopeica
en Rusia y Kazajstán.
Participa en 2009 en el
Centro Cultural San Martín durante el "Segundo Encuentro Nacional
de Fotografía Estenopeica". Expone en Palais de Glace para "Buenos
Aires Photo 2009". Ese mismo año expone para la Fundación
Agrupar en Galería Rubbers.
En "Goa International Pinhole Photography Contest 2010", muestra su obra Pinceladas de luz en Rojas, por la que recibe una Mención Especial.
Inauguración:
Jueves 11 de agosto, a
las 19 horas en Juncal 1912
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Horario y lugar de la
muestra:
La muestra permanecerá abierta desde el 11 de agosto al 9 de septiembre
del 2011, lunes a viernes, 10 a 20hs. Acceso por: Riobamba 1276, Ciudad de
Buenos Aires.